En recientes días he tenido la
oportunidad de leer un par de editoriales que refieren a Ricardo Anaya como poco
menos que un frío, calculador y despiadado político que se hizo “de forma
estratégica” de la candidatura del Partido Acción Nacional (PAN) para contender
en las presidenciales de 2018 en México. Y no puedo más que consentir.
Fuente: internet |
El Dr. Ernesto Lammoglia [Link] define a
Anaya como un figurín venido a más además de analizar algunos aspectos de su sociopatía,
y Carlos Puig dice que Anaya es un tipo con suerte [Link]. Es un poco de todo
yo diría.
El meteórico ascenso del chico maravilla
no podría entenderse sin sus buenas relaciones y su prolijo trabajo. Creo que
todos los editorialistas coinciden en la disciplina y en la eficiencia en el desempeño
del trabajo de Anaya. Pero su candidatura presidencial fue todo menos que eficiente,
fue eficaz en el momento de conseguirla, ahora que está frente a la derrota en
un muy lejano segundo lugar respecto de López Obrador, las preguntas sobre ¿cómo
se la cobrarán los resentimientos panistas?, ¿qué papel jugará Anaya post
elección? Recuerdo un cartón en el que se ve a un Anaya sentado sobre las
ruinas de un panismo, como si fueran moronas.
Éste blog va dirigido a todos menos a
los simpatizantes, seguidores y fans de Anaya, porque ciertamente están obnubilados
por el éxito de ese joven, porque ese público que cautivo cree que así debe ser
el éxito, pasando por encima de cuanto débil se deje, arrebatando con
estrategia y relegando a la ignominia a los adversarios (adversarios que van a
regresar, como tormento en sueño de otoño). La imagen del pulcro Anaya, del
preparadísimo Anaya, del tecnólogo, del señor de las App, el señor de las
tecnologías de Santa Fe (como una vez publique en mi Facebook y creo que no
causo gracia), es la viva imagen de un efímero momento de éxito, la falacia.
La ausencia de civismo en las escuelas (privadas
o públicas), la ausencia de disciplina en el hogar y la vida de consumo en la
que vivimos, provoca en la joven generación un uso incorrecto de los términos ambición
y disciplina. Ni hablar de los mirreyes, esos son otra cosa, son el producto
del abandono y del vacío. Anaya es como una veleta, a donde me lleven los
buenos vientos, si hay mejores negocios allá, vamos para allá, si el Frente Amplio
(PAN, PRD y MC) representa una oportunidad para justificar mis tropelías,
adelante. Por cierto, el Frente siempre fue una vacilada, Anaya lo vendió como
un éxito asegurado porque funciono en Alemania o quien sabe donde, y aquí en
México se lo creyeron. Tiene más de Frente Amplio el movimiento que representa
MORENA que lo que quiso fabricar Anaya con el PAN-PRD-MC. Los movimientos
nacen, crecen y maduran, no se fabrican de la noche a la mañana para asegurar
candidaturas presidenciales.
Los platos rotos tendrán que ser pagados
por alguien en el PAN. Algunos editorialistas hablan de una necesaria
refundación. Una cosa es lo que opinen los externos a ese partido, y otra los
militantes. El PAN tiene que fortalecerse, México necesita de un partido como
el PAN.
Pierde las elecciones porque nunca
conecto con el grueso de la población. Su contexto fue una ciudadanía en la que
el tema de la corrupción predomino pero que él no supo manejar, interpreto mal
la realidad del país y por ello fracaso en ofrecer soluciones, y quizás su
error más grave fue enfrentarse con el poder presidencial, y finalmente (esto
lo intuyo) no saber escuchar. Justo ayer estaba viendo un programa en El
Financiero TV una mesa de jóvenes representantes de los candidatos
presidenciales, y no pude dejar de tuitear respecto a uno de ellos, del ITAM (no
tengo nada en contra del ITAM por cierto) que no dejaba de apuntillar los
comentarios de los otros invitados, éste joven exaltado, por momentos iracundo,
me recordó a ese Anaya, a ese que a la fuerza quiere tener la razón, de ese que
habla de teorías de las instituciones para justificarlo todo, de ese que no
concede ninguna oportunidad. Escuchar y aprender.
Cimientos y bases es lo que forjan carácter.
En eso no ayudan las App o las tablets. Principios y convicciones aminoran
errores en la vida.
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Algunas editoriales recientes:
- http://amp.elfinanciero.com.mx/opinion/salvador-camarena/la-derrota-de-anaya?__twitter_impression=true
- https://www.nexos.com.mx/?p=38068
- https://www.nytimes.com/es/2018/06/19/opinion-wilbert-torre-ricardo-anaya-pan-mexico/amp/?__twitter_impression=true
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