Tiempo de crisis para la Agenda 2030, los charlatanes se aprestan
Por Erwin Medina
Josefa*
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CARTA A LA OPINIÓN PÚBLICA
Cuando sobre la mesa
el juego no avanza más, es momento de terminarlo, de rearmar todo, o cambiar de
juego. Recientemente escribía sobre la Agenda 2030 y su contexto actual (
blog
03/04/2020), en el que el COVID-19 llego para trastocar la enfermedad
crónica de las economías de los países (realidad marcada principalmente por la desigualdad).
No hay ningún documento en éste momento que apalanque a la Agenda 2030 con
buenas perspectivas respecto de su implementación de aquí al año 2030
precisamente, ni siquiera en el documento más reciente publicado de la CEPAL (
América
Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: efectos económicos y sociales),
que concluye con desconcierto, el cumplimiento o no de las metas de los 17
Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en los años por venir, esto porque
las prioridades cambian, una situación como el coronavirus reorienta
prioridades, se reorientan presupuestos, y también se buscan culpables. Como lo
he manifestado, la Agenda 2030 desde el año 2016 se ha socializado a través de
diferentes estrategias (comunicación estratégica), en que la sociedad civil (sobre
todo a través del voluntariado) y la Academia han realizado un encomiable esfuerzo,
no así otros sectores (como el empresarial), y con insuficientes resultados en el
ámbito sub-nacional (sector gobierno). Ojalá nos equivocáramos en las malas
perspectivas para la Agenda a mediano y largo plazo.
Bien dicen que ante grandes
males, grandes remedios, y lo primero es reconocerlo, y tomar acciones sobre el
tema. La Agenda 2030 ha fracasado en su objetivo de incrustarse como herramienta
guía para el diseño de política pública en México, porque no se le reconoce
como tal, porque no ha habido un liderazgo político ni un liderazgo en la
administración pública federal, porque no ha permeado al discurso y mensaje
político, la Agenda 2030 no ha sido y no es prioridad en ninguna agenda
política de ningún partido político hoy en día en México, una cosa es abordar y
capacitarse en el tema como si se tratara de un tópico más, y otra muy distinta
es apropiarse, trabajar y elevar con la voz hasta las más altas tribunas la
Agenda 2030 y buscar que se haga realidad, con un lenguaje claro, honesto y
basado en ciencia. No conocer de algo, nos aleja y nos limita, ¿qué falló? Si
bien existen a nivel nacional Consejos Estatales para la implementación de la
Agenda 2030, al no haber capitán general, cada uno de los llamados Órganos de
Seguimiento e Implementación (OSI), reinterpreta la Agenda para sus fines políticos
particulares y locales, por ejemplo, en el gobierno estatal de Hidalgo se
utiliza para justificar algunas de las acciones del gobierno en turno, y que no
siempre son respetuosos con los enfoques (p.e. el provisto por el concepto
desarrollo urbano sustentable) ni con las líneas de pensamiento, pero bueno, el
terreno político así es, y los planeadores de las políticas públicas
responsables de retomar la Agenda 2030 lo hacen bajo la partitura que les
impongan, aunque hasta en esto, debería existir mínimos de honestidad
profesional, no lo hay.
En Red Agenda 2030 MX
hemos hecho amigos, todos y todas personas honestas, que profesan la
posibilidad de un mundo mejor en la medida que se retomen los principios, los
ideales, y las recomendaciones que lleven a ejercicios de gobierno más democráticos,
transparentes, eficientes, inclusivos, y participativos en conjunto con las
opiniones de las voces críticas. Perduran los viejos vicios de las
organizaciones de la sociedad civil, cuando algunas, prefieren ser omisas ante realidades
con la intención de mantener prebendas. La credibilidad de esas organizaciones,
así de mucho, o así de poco perdurara.
El tiempo de los mercenarios
y oportunistas de la Agenda 2030 debe superarse. En un momento crucial en 2015
y 2016 eran necesarios todos, sin importar sus fines, la fase de promoción y
difusión (para la Agenda 2030) requería de actores que mostraran curiosidad por algunos de los 17 nuevos objetivos de ese entonces y de hoy día, el modelo de
desarrollo sostenible propuesto por la ONU requería de un mínimo de interés por
las razones más básicas y sutiles, “un mundo mejor”, “acción por los ODS”, “que
nadie se quede atrás”, entre otras frases. Fue así como llegaron/llegamos
organizaciones y ciudadanos a conformar sus propias estrategias de
comunicación, animados por la incorporación de nuevos elementos para una vida
más apegada al respeto del medio ambiente. En los cuatro años recientes, existen
países en los que ha pasado desapercibida la Agenda 2030, sino fuera por los
esfuerzos de las diversas agencias de la ONU en cada país, sin esto, la “comunidad
ODS” no expresaría progreso.
Para dar seguimiento
a la implementación de la Agenda a nivel de política pública, se propició
en el seno de la ONU, un mecanismo a manera de presentación de avances, y esto
lo que muestra son amplias discrepancias, por la apropiación que cada gobierno
realiza día a día de la Agenda 2030, la misión, la visión y hasta el estilo de
gobernar marca muy particularmente la forma en que se apropia el actor político
de la Agenda 2030. Cuando alrededor existen bien intencionadas figuras sin base
científica, y más bien con una alta carga de protagonismo personal, se corre el
riesgo, y así está comprobado, que se tergiversan los fines y el propósito
mismo del ideal y del espíritu de un instrumento tal noble y tan humanista, como
lo es la Agenda 2030.
Por eso, éste
documento es también un llamado, a que ante la transformación que vamos a vivir
en nuestro país derivada de la crisis de la pandemia, se retome la Agenda 2030 como
eje articulador de un gran pacto nacional, y por otro lado, se dé la oportunidad
al sector Académico y a los expertos, comentar, transformar y trabajar los 17
ODS de acuerdo a la coyuntura, y a las prioridades para el desarrollo y
estabilidad del país. No hay cabida para las improvisaciones.
La Agenda 2030 pasa
necesariamente por comprender sobre el desarrollo sustentable, y pasa por
reconocer al cambio climático como el problema más grave que la humanidad está
enfrentando, a la par de tan lamentables acontecimientos derivados de la
pandemia por el COVID-19. Como han referido algunos líderes de opinión,
incluyendo personas de la ONU, el momento histórico que estamos viviendo debe
hacernos reflexionar a la necesidad inmediata de cambiar nuestros hábitos de
consumo.
Así, no es tiempo para
charlatanes de la Agenda 2030, las nuevas generaciones demandan prontas
soluciones, los tiempos apremian, por ello no estamos para recetas mágicas,
lucrar con las acciones de promoción y difusión, motivar a la vanidad de
personas que no tienen ningún aporte sólido ni interés sobre la base del
problema global real, así mismo no podemos ser omisos y peor cómplices de la
inoperancia de las instituciones de gobierno que hacen muy poco por tomarse en
serio las metas de los 17 ODS. Sí a las alianzas, sí a la ciencia, sí al
profesionalismo.
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Fuentes brotantes en otoño (1910). Joaquin Clausell. |
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* Coordinador General
de Red Agenda 2030 MX [red@agenda2030mx.com]