lunes, 6 de abril de 2020

Tiempo de crisis para la Agenda 2030, los charlatanes se aprestan


Tiempo de crisis para la Agenda 2030, los charlatanes se aprestan
Por Erwin Medina Josefa*

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CARTA A LA OPINIÓN PÚBLICA

Cuando sobre la mesa el juego no avanza más, es momento de terminarlo, de rearmar todo, o cambiar de juego. Recientemente escribía sobre la Agenda 2030 y su contexto actual (blog 03/04/2020), en el que el COVID-19 llego para trastocar la enfermedad crónica de las economías de los países (realidad marcada principalmente por la desigualdad). No hay ningún documento en éste momento que apalanque a la Agenda 2030 con buenas perspectivas respecto de su implementación de aquí al año 2030 precisamente, ni siquiera en el documento más reciente publicado de la CEPAL (América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: efectos económicos y sociales), que concluye con desconcierto, el cumplimiento o no de las metas de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en los años por venir, esto porque las prioridades cambian, una situación como el coronavirus reorienta prioridades, se reorientan presupuestos, y también se buscan culpables. Como lo he manifestado, la Agenda 2030 desde el año 2016 se ha socializado a través de diferentes estrategias (comunicación estratégica), en que la sociedad civil (sobre todo a través del voluntariado) y la Academia han realizado un encomiable esfuerzo, no así otros sectores (como el empresarial), y con insuficientes resultados en el ámbito sub-nacional (sector gobierno). Ojalá nos equivocáramos en las malas perspectivas para la Agenda a mediano y largo plazo.

Bien dicen que ante grandes males, grandes remedios, y lo primero es reconocerlo, y tomar acciones sobre el tema. La Agenda 2030 ha fracasado en su objetivo de incrustarse como herramienta guía para el diseño de política pública en México, porque no se le reconoce como tal, porque no ha habido un liderazgo político ni un liderazgo en la administración pública federal, porque no ha permeado al discurso y mensaje político, la Agenda 2030 no ha sido y no es prioridad en ninguna agenda política de ningún partido político hoy en día en México, una cosa es abordar y capacitarse en el tema como si se tratara de un tópico más, y otra muy distinta es apropiarse, trabajar y elevar con la voz hasta las más altas tribunas la Agenda 2030 y buscar que se haga realidad, con un lenguaje claro, honesto y basado en ciencia. No conocer de algo, nos aleja y nos limita, ¿qué falló? Si bien existen a nivel nacional Consejos Estatales para la implementación de la Agenda 2030, al no haber capitán general, cada uno de los llamados Órganos de Seguimiento e Implementación (OSI), reinterpreta la Agenda para sus fines políticos particulares y locales, por ejemplo, en el gobierno estatal de Hidalgo se utiliza para justificar algunas de las acciones del gobierno en turno, y que no siempre son respetuosos con los enfoques (p.e. el provisto por el concepto desarrollo urbano sustentable) ni con las líneas de pensamiento, pero bueno, el terreno político así es, y los planeadores de las políticas públicas responsables de retomar la Agenda 2030 lo hacen bajo la partitura que les impongan, aunque hasta en esto, debería existir mínimos de honestidad profesional, no lo hay.

En Red Agenda 2030 MX hemos hecho amigos, todos y todas personas honestas, que profesan la posibilidad de un mundo mejor en la medida que se retomen los principios, los ideales, y las recomendaciones que lleven a ejercicios de gobierno más democráticos, transparentes, eficientes, inclusivos, y participativos en conjunto con las opiniones de las voces críticas. Perduran los viejos vicios de las organizaciones de la sociedad civil, cuando algunas, prefieren ser omisas ante realidades con la intención de mantener prebendas. La credibilidad de esas organizaciones, así de mucho, o así de poco perdurara.

El tiempo de los mercenarios y oportunistas de la Agenda 2030 debe superarse. En un momento crucial en 2015 y 2016 eran necesarios todos, sin importar sus fines, la fase de promoción y difusión (para la Agenda 2030) requería de actores que mostraran curiosidad por algunos de los 17 nuevos objetivos de ese entonces y de hoy día, el modelo de desarrollo sostenible propuesto por la ONU requería de un mínimo de interés por las razones más básicas y sutiles, “un mundo mejor”, “acción por los ODS”, “que nadie se quede atrás”, entre otras frases. Fue así como llegaron/llegamos organizaciones y ciudadanos a conformar sus propias estrategias de comunicación, animados por la incorporación de nuevos elementos para una vida más apegada al respeto del medio ambiente. En los cuatro años recientes, existen países en los que ha pasado desapercibida la Agenda 2030, sino fuera por los esfuerzos de las diversas agencias de la ONU en cada país, sin esto, la “comunidad ODS” no expresaría progreso.

Para dar seguimiento a la implementación de la Agenda a nivel de política pública, se propició en el seno de la ONU, un mecanismo a manera de presentación de avances, y esto lo que muestra son amplias discrepancias, por la apropiación que cada gobierno realiza día a día de la Agenda 2030, la misión, la visión y hasta el estilo de gobernar marca muy particularmente la forma en que se apropia el actor político de la Agenda 2030. Cuando alrededor existen bien intencionadas figuras sin base científica, y más bien con una alta carga de protagonismo personal, se corre el riesgo, y así está comprobado, que se tergiversan los fines y el propósito mismo del ideal y del espíritu de un instrumento tal noble y tan humanista, como lo es la Agenda 2030.

Por eso, éste documento es también un llamado, a que ante la transformación que vamos a vivir en nuestro país derivada de la crisis de la pandemia, se retome la Agenda 2030 como eje articulador de un gran pacto nacional, y por otro lado, se dé la oportunidad al sector Académico y a los expertos, comentar, transformar y trabajar los 17 ODS de acuerdo a la coyuntura, y a las prioridades para el desarrollo y estabilidad del país. No hay cabida para las improvisaciones.

La Agenda 2030 pasa necesariamente por comprender sobre el desarrollo sustentable, y pasa por reconocer al cambio climático como el problema más grave que la humanidad está enfrentando, a la par de tan lamentables acontecimientos derivados de la pandemia por el COVID-19. Como han referido algunos líderes de opinión, incluyendo personas de la ONU, el momento histórico que estamos viviendo debe hacernos reflexionar a la necesidad inmediata de cambiar nuestros hábitos de consumo.

Así, no es tiempo para charlatanes de la Agenda 2030, las nuevas generaciones demandan prontas soluciones, los tiempos apremian, por ello no estamos para recetas mágicas, lucrar con las acciones de promoción y difusión, motivar a la vanidad de personas que no tienen ningún aporte sólido ni interés sobre la base del problema global real, así mismo no podemos ser omisos y peor cómplices de la inoperancia de las instituciones de gobierno que hacen muy poco por tomarse en serio las metas de los 17 ODS. Sí a las alianzas, sí a la ciencia, sí al profesionalismo.


Fuentes brotantes en otoño (1910). Joaquin Clausell.


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* Coordinador General de Red Agenda 2030 MX [red@agenda2030mx.com]


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