El 05 de marzo se
celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, tema particular en el que
México ha trabajado de manera profusa ya desde hace por lo menos 25 años y que
trae consigo otros temas más que no sólo tienen que ver con el ahorro y el
mejor aprovechamiento de la energía, como por ejemplo la fabricación de
electrodomésticos en concordancia con normas oficiales de funcionamiento
internacionales así como nacionales (NOM y NMX), sino que en paralelo a la
Reforma Energética, salta a la luz el interés por conocer al detalle, qué se ha
hecho, cómo estamos actualmente y si a futuro la totalidad de la población
contará con cobertura de electricidad, generada por fuentes limpias y que
además el consumo de ésta sea eficiente y no contaminante.
El tema principal de
la opinión del día de hoy la destinare a la Reforma Energética, a propósito del
Día Mundial de la #EficienciaEnergética. A principios de la década, en el mundo
el panorama de los energéticos despertó por parte de las potencias un
inusitado, no sólo por los precios del petróleo, sino por las conocidas teorías
de que ésta materia no renovable se agotará, si bien los especialistas no terminan
de definir si esto está próximo o más bien le resta por lo menos medio siglo
más de explotación, la realidad es que las potencias han emprendido un vuelco
en inversiones pro energías limpias, y no es para menos, el tema de los
hidrocarburos ha sido la principal razón (la razón económica), pero también hay
otros motivos de porque se puso en la agenda internacional: compromisos
internacionales por parte de cada país por cumplir con su correspondiente
aportación en disminución de gases de efecto invernadero -GEI- (lista en la que
México tiene su lugar entre los diez primeros), y por “la cuestión urbana”
pronosticada del crecimiento en un 50% de las grandes metrópolis del mundo en
cuanto a su población se refiere (para 2050) y todo lo que ello trae consigo.
El aspecto de los GEI actualizado en la cumbre de Paris de finales de 2015 y el
aspecto del crecimiento urbano comentado en la ONU Hábitat III de 2016
celebrada en Ecuador.
Así entonces, son
tres grandes retos que el mundo tiene por delante, el tema de las energías
limpias no es otra cosa que una cuestión de seguridad energética, tema que también
es para el agua y para los alimentos. Hace unos días un chico encuestador me
realizó unas preguntas respecto al nuevo gobierno de mi Estado (provincia), me
preguntaron que cómo veía el panorama (económico, político, etc.) a futuro, y
al quererlo situar en mi contexto local, conteste que el panorama era bueno en
comparación al de otras ciudades, el entrevistador insistió y volvió a
cuestionar, pero ahora con la aclaración de que abarcara más el horizonte,
entonces, recordé el espectro de las tres seguridades (la energética, la del
agua y la alimentaria) a nivel internacional, y entonces mi respuesta fue
contundente, “no hay un panorama halagador”, sobre todo porque está el tema de
la sustentabilidad que ya por sí mismo mantiene implicaciones que parecieran
insolubles.
Así entonces,
respecto al tema energético, México tiene el compromiso de disminuir sus GEI y por
el otro lado tiene que asegurar para su población energía generada a través de
fuentes limpias, con la consigna de transitar lo más rápido posible hacia una
economía donde los hidrocarburos no sean la hebilla suelta.
México tardo en dar
el impulso a las inversiones que se necesitaban para las energías limpias, la
reforma energética no se había puesto en activo sino hasta octubre-noviembre de
2016 cuando comenzaron las primeras licitaciones y ahora si México se abrió al
mercado en materia energética, y mucho de ello tuvo que ver con el mal manejo
mediático que se dio de la mencionada reforma, donde el aspecto de los
hidrocarburos siempre empaño a la otrora fuente, la de las fuentes alternas.
PEMEX no es la reforma energética, ésta contempla más elementos y más
mecanismos que sólo a partir de éste año (2017) reactivarán éste sector para que
opere en todo el territorio nacional.
Los retos
internacionales con miras al futuro ya se mencionaron, los retos internos van
en el sentido de preparar mano de obra calificada mexicana que interprete y
opere las nuevas tecnologías, así como el diseño y la implementación de
políticas públicas que garanticen el cumplimiento de los compromisos de los
servicios energéticos, con la sociedad, con los inversores y con el resto de la
población del mundo.
La propia SENER se
ha establecido como meta que para el año 2050, México debería generar el 50% de energía a
través de fuentes limpias, aunado al compromiso de nuestro país por
disminuir un 25% sus emisiones para 2030.
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http://internacional.elpais.com/internacional/2015/12/12/actualidad/1449910910_209267.html
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