domingo, 8 de julio de 2018

Una nueva esperanza en materia urbana


El urbanismo ha cobrado relevancia en las últimas décadas, a reserva de que en otro blog hablemos sobre definiciones, conceptualización, historia del arte, autores y su evolución, la realidad del urbanismo hoy para aquellos que no lo han estudiado, debe ser entendida como una disciplina del actuar, y más ahora con la disponibilidad de software (léase Sistemas de Información Geográfica -SIG-) e información oficial geo-referenciada que proporcionan las entidades gubernamentales.

Con instrumentos como La Nueva Agenda Urbana (NAU) el urbanismo acentúa su carácter de disciplina aplicativa, de incidencia directa sobre el modo en que las personas habitan un espacio, se trasladan de un lugar a otro, conviven en el territorio, etcétera.

Ciudad de México
Vemos nuestras ciudades mexicanas con un crecimiento que identificamos como desarrollo urbano desordenado, desbordado, periférico y nos preguntamos ¿por qué?, hay varias explicaciones y ha sido la academia la que más se ha abocado a hacer una revisión del pasado reciente para analizar cuáles fueron los errores en materia de desarrollo urbano, y es que debo decir que mucho del crecimiento de las ciudades ha respondido también a lo que hemos entendido por sustentabilidad.

El concepto de desarrollo sustentable proviene desde los años 60’s, se lanza a la comunidad internacional como legado de modelo futuro de desarrollo en los años 80’s con el informe Brundtland, y a partir de ahí poco a poco comienza a verterse en los análisis y propuestas.

Llegamos al México de Enrique Peña Nieto (EPN), con una transformación de la Secretaria de la Reforma Agraria (SRA) a Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), llegamos al 2016 siendo testigos de alarmantes cifras en términos de cambio climático y con conocimiento de la contribución de las ciudades en éste sentido, en Hábitat III se hace una revisión de lo hecho en materia urbana en los últimos 20 años y se arrojan propuestas para el desarrollo futuro. Lo anterior cobijado por la renovada Agenda 2030 y sus Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) apenas difundidos en 2015.

Pareciera que el desarrollo sustentable en los últimos años fue un término que influyó si en materia ambiental, si en materia de propuesta de reforma energética, si en muchos otro ámbitos, pero no necesariamente en el urbano, ¿por qué?. Hay respuestas, yo sólo menciono uno, la ausencia o falta de expertos, de urbanistas con visión de sustentabilidad, por muchos años se relego el trabajo de desarrollo urbano a arquitectos y economistas.

Afortunadamente hay una nueva generación de urbanistas, carreras profesionales y opciones de posgrado que en los últimos 15 o 10 años se han abierto como oferta educativa, y cuyos programas educativos combinan la parte técnica con la parte académica, y si, hay economía, pero también sociología, antropología y ciencia política, porque el urbanismo no es solamente el embellecimiento de las ciudades, no es sólo arquitectura

Hemos tardado en México en ponernos de acuerdo en cómo vamos a afrontar el problema del desarrollo urbano. Sin embargo, a diferencia de inicios del sexenio de EPN, ahora si creo que tenemos todos los insumos para avanzar progresivamente, tenemos una guía internacional que es la NAU, metas establecidas por el ODS 11 sobre ciudades y comunidades sostenibles, una SEDATU que a reserva de dejar a un lado los escándalos en los que se ha visto envuelta, ésta institución es fundamental para la materia, tenemos a los profesionales, ésta nueva generación que como ya decía combinan urbanismo con sustentabilidad, y tenemos la esperanza de un nuevo gobierno que ha dicho y proclamado tener un proyecto de nación que incluye de forma muy destacada el desarrollo urbano.

Recientemente AMLOpolis se presento de forma sintética, se han perfilado algunos nombramientos, y es que ahora más que nunca, la prueba de fuego será la voluntad política de hacer cumplir la ley en materia de uso de suelo por ejemplo.

Como chef al que se le preparan todos los ingredientes y se le ponen sobre la mesa, pareciera que no falta nada, pareciera que ahora sí las condiciones están dadas para que se trabaje con todo, ¿será así?, esperemos que si, por el bien de todos los habitantes de hoy día y futuros de la ciudad. En la medida que no se tenga una visión consolidada de ciudad que queremos, en la medida que no se establezca las bases correctas a fines a nuestra cultura, y en la medida que no se comuniquen las políticas públicas, y no se apliquen metodologías de construcción participativa, no se pueden augurar buenos resultados.

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