miércoles, 25 de abril de 2018

La ciudad ideal nunca existió

Fuente: https://www.nasa.gov/sites/default/files/thumbnails/image/edu_rover_large.jpg

Diario/bitácora – fecha 25/12/2116: La ciudad ideal nunca existió

Era el año de 2115, la humanidad había llegado al máximo de la concreción de sus deseos y paradójicamente de sus excesos, sin embargo en la sociedad del siglo XXII se ha gestado una esperanza de continuidad de la raza, ya no en la tierra, ahora en Marte, y con renovados desafíos de conquista, propios del instinto depredador del hombre desde el inicio de su pensamiento.

La ciudad ideal nunca se logró en la Tierra, los factores para que esto sucediera siempre fueron contradictorios en su planeación y su ejecución, el poder político nunca estuvo a la altura de las aspiraciones y propuestas de las mentes más encumbradas del conocimiento, la ambición y corrupción fue el delito que nunca el hombre supero. Las megalópolis se volvieron ingobernables, el caos fue el virus permanente.

La ciudad ideal siempre se dibujó en un sentido utópico, fomentado por el positivismo tecnológico promotor de una aspiración de ciudad incluyente social y económicamente, que nunca logró conjugarse en armonía con la preservación de los ecosistemas naturales. Aunado a lo anterior, el tema energético, que desde la opción de las energías renovables aportó, aunque no de forma suficiente, el soporte vital por un periodo de tiempo corto y además intermitente, ocasiono que el petróleo nunca dejara de ser nuestra fuente de energía principal, la vida industrial nunca dejo de requerirla, terminó por ser paradójicamente, el catalizador disfrazado de confort, así el dominio del hombre por sobre la naturaleza perduró hasta bien finalizado el siglo XXI.

La ciudad ideal dependía de factores contradictorios, el desarrollo sustentable, teoría desarrollada a finales del siglo XX que tomó su mayor auge en el siglo XXI no contó con el acuerdo de la sociedad global, la sociedad participativa a pesar de sus esfuerzos por hacerse oír, siempre fue relegada por el establishment y el poder económico del modelo hegemónico, así entonces las consecuencias del capitalismo, como nuevo imperialismo, habría sido el mecanismo comercial inventado por el hombre, concluyente de su propia historia de vida de consumo.

La ciudad ideal se habría planteado en términos de colocar al ser humano en medio de todo el modelo de ciudad, la teoría desarrollada alrededor de la persona y no alrededor de la naturaleza. El ecocentrismo habría fallado en su intento de darse a conocer como enfoque alternativo de considerar los recursos naturales, ergo la economía ecológica como enfoque de desarrollo y crecimiento económico.

Ésta ciudad ideal se había planteado en términos de ciudad inteligente, de resiliencia, de inclusión, de participación, de adaptación, etc., una serie de términos que los investigadores de la época concretaban como necesarios para la consolidación de un modelo integral. La planeación de ciudad ideal se planeó y se diseñó tantas veces que las discusiones en realidad nunca llegaron al consenso, porque al par que se ejecutaban los planes, el crecimiento de la población (con sus respectivas consecuencias) jugaba un papel de retroceso, al mismo tiempo que se lanzaba una iniciativa ambiental, los desastres humanitarios como las hambrunas requerían de una redirección de esfuerzos sobre todo económicos, es decir, pasos hacia adelante que se prospectaban, eran zancadas que hacia atrás se producían, amén de los efectos adversos ambientales provocados por el calentamiento global, el terrible resultado de una industria que nunca transito realmente a una economía verde y circular.

Esto nos lleva al planteamiento de si realmente alguna vez existió aunque sea el mínimo resquicio de ciudad ideal. Quizás estando ya el hombre en Marte en 2124 pueda en su retrospectiva de desarrollo y de experiencia de su dominio de la Tierra, profundizar y legar el conocimiento de las cosas buenas que se hicieron o bien de las que se disfrutaron, así como crear todo un compendio de las equivocaciones como generación y generación de humanos dejaron como huella apocalíptica.

Ahora, en 2116 el hombre tiene la posibilidad de concretar una obra nueva, la colonización de Marte. Como si se tratase de un lienzo blanco sobre el cual el hombre pueda dibujar su ciudad ideal, la humanidad en éste año se ha propuesto ejecutar un plan sin precedentes, un plan antes diseñado pero jamás ejecutado, sólo soñado. La supervivencia del hombre no sólo estaba justificada por un planeta Tierra urbanizado y contaminado, sino por el legado biológico mismo de la especie, el hombre.

La conquista, un deseo y un instinto nunca desaparecido en el hombre, cobra ímpetus, el planeta rojo no sólo ha sido estudiado minuciosamente para su intervención, sino que es la oportunidad de recrear, cómo una génesis, un modelo de sociedad y de ciudad, con lo mejor de los elementos humanos y con lo mejor de la tecnología, como si se tratase de un desesperado juego de dominio y control, pero también de jugar a ser Dios, creando un nuevo orden interplanetario, los alcances nunca habían sido tan insospechados.

La ciudad ideal en la Tierra nunca existió, ¿qué nos hace pensar que la ciudad ideal en Marte si?


El anterior texto fue un ejercicio solicitado en un taller durante la maestría en desarrollo urbano sustentable.

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