domingo, 25 de marzo de 2018

La nueva generación de jóvenes urbanistas


Estamos convencidos de que la nueva generación de urbanistas (gente que tiene un título propiamente de urbanismo ya sea por su carrera profesional, especialidad o algún posgrado) responde a un propósito de cambio, el paso para que se haga realidad es que se les incluya en los procesos participativos de diseño y planeación de la política de desarrollo urbano, en el ámbito de la hechura y evaluación de la política pública (policy), en el ámbito de socialización (enfoques participativos con los municipios) y en el terreno propio de la política (politics), los urbanistas han estado relegados en el mejor de los casos a áreas de obra pública.

Imagen: escalamiento de proyectos solares. IER UNAM. 2017.
Hoy el urbanismo participa a diversas escalas, desde la intervención táctica en las calles para el mejoramiento de la peatonalización y ciclovías, intervención de espacios públicos, hasta llegar al complejo proceso de ordenamiento territorial. El urbanismo entendido sólo desde la óptica del arquitecto por un lado, y del economista por otro, ya quedo atrás. El nuevo urbanismo en México deberá desenvolverse en el ámbito del desarrollo sustentable (dimensiones social, económica y ambiental en el marco de la institucionalidad) en uno que sea práctico y ya no tanto académico (para esto dejemos que se siga discutiendo el tema en los seminarios), debemos tener miras a ciudades vivibles, inteligentes, resilientes y quizás lo más importante, sustentables. La visión de una institución como la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) y del que la presida debiera ser visualizando un México al año 2050.

Temas como agua, energía y alimentos desde la óptica estricta de la funcionalidad cotidiana de la sociedad moderna, son temas que no pueden quedar excluidos del desarrollo urbano, éstas categorías de análisis parecen ajenas al desarrollo urbano pero no lo son, más población más requerimiento de agua cuando ésta claramente está escaseando, más población más energía aunque existan políticas de eficiencia energética que aparentemente están funcionando pero que sin embargo ante la situación del “no cambio” de nuestros hábitos de consumo, los resultados de la eficiencia energética en el aprovechamiento de la energía se relativiza, lo mismo con los alimentos, más población más requerimiento de alimentos, peor si la urbanidad llega a los campos mexicanos que en lugar de producir lo que tengan que producir, producen mancha urbana dispersa y tristemente ajena al campesinado.

En éste sentido nos preocupa que una política nacional de vivienda descarte lo planteado anteriormente, sin descartar lo importante de dotar de vivienda digna a millones de mexicanos, el desarrollo urbano es más que construir miles de casas. Las bondades de una disciplina como el desarrollo urbano sustentable, pone de manifiesto una enorme oportunidad para las generaciones futuras, para dotarlas de una vida digna en la ciudad.

La política nacional de desarrollo urbano, vista como política pública, debiera considerar los siguientes aspectos; efectividad, eficiencia, grado de desviación del plan de acción, equidad en la distribución y cobertura de los beneficios y nivel de satisfacción real de los beneficiarios.

El gobierno federal saliente perdió la enorme oportunidad de aplicar los enfoques participativos para la construcción de la ciudad, dejo fuera a sus ciudadanos en aquello que los urbanistas llamamos “hacer ciudad”.

La historia y el aprendizaje de urbanismo en México significa que no hay que inventarse nada nuevo, no se trata de descubrir el hilo negro de urbanismo, nuestra curva de aprendizaje en éste sentido ha evolucionado, a veces lo más simple es lo más efectivo, es decir, hacer uso de los manuales y de los programas ya existentes, mejorarlos por su puesto pero no comenzar de cero, de hacer esto último, corremos el riesgo de retroceder en ésta materia.

Como estudiosos del urbanismo nos hemos percatado que hemos perdido tiempo valioso, que no hemos sabido establecer un modelo de ciudad, ya no digamos ciudad sustentable, simplemente un modelo de ciudad, el desarrollo urbano en México ha sido desordenado. Hemos visto también como al frente de las políticas urbanas y de las entidades de gobierno responsables en ésta materia, no son ni cubren los perfiles técnicos que deberían ser. Hemos sido espectadores de un marco jurídico que no juega convenientemente a los intereses de un desarrollo urbano propicio para el desarrollo económico de nuestro país, tenemos que avanzar más en materia de derecho urbanístico.

Finalmente termino por comentar que tenemos que estar al pendiente de las nuevas tendencias en materia urbana, los jóvenes son los mejores promotores de ello. En el caso del urbanismo energético, son muchas las preguntas que hay en ésta línea de investigación, estamos siendo testigos de una transición energética que debería invitar a reflexionar sobre cómo van a funcionar nuestras ciudades cuando el petróleo por fin deje de alimentar nuestros vehículos, ¿estamos socialmente preparados para vivir, digamos alimentados por las energías renovables?, ¿qué hay de las capacidades institucionales para transitar a los nuevos esquemas proveedores de energía?, es decir, mucho de lo que se establece en el constructo teórico de la ciudad sustentable, pasa por establecer cuestionamiento como los que acabo de realizar.

Nos da gusto que la SEDATU se traslade a Pachuca, creo que imprimirá un dinamismo muy interesante a ésta ciudad pequeña en pleno crecimiento. Como habitante de Pachuca, creo que ésta ciudad tiene las características para albergar a ésta secretaría, creo que es muy correcta la descentralización de la administración federal, y me da doblemente gusto que sea un joven quién vaya a estar al frente del urbanismo en éste país.

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