domingo, 21 de enero de 2018

Coherencia política en elecciones 2018

Fuente: internet
La renuncia a la militancia al PAN por parte de la Senadora de la República Gabriela Cuevas me inspira a escribir y a compartir ésta reflexión respecto del tema de “pasarse” de un partido político a otro, inclusive de radical mística de trabajo e ideología.

Una de las razones de la senadora para cambiarse fue porque quiere contribuir a una “verdadera transición democrática”, que a pensar de la senadora, se vivirá en próximas fechas con Andrés Manuel (o con MORENA, no queda claro). Si bien renuncia al PAN, no pasa directo a las filas de MORENA, sólo se hace independiente con apoyo al proyecto de Andrés Manuel. Me parece que apoya más al personaje y al proyecto, que al partido guinda.

Desde acción juvenil fue parte la senadora, PANista desde que tenía 15 años dice, participó activamente siempre, su brinco a los medios nacionales fue quizás desde que se desempeñó como delegada en la Miguel Hidalgo.

Convicción democrática, una democracia más justa, es tiempo de pluralismo, son algunos argumentos someros que mencionó en su breve rueda de prensa.

Bien, después del anterior recapitulaje de lo dicho por la senadora, vale la pena preguntarse en año electoral, ¿por qué los políticos cambian de un partido político a otro?, la respuesta más simplona diría que por ambición, por traición, porque no le llegaron al precio, porque no le cumplieron el capricho, etc., es decir, una serie de adjetivos calificativos propios de desconocer la cultura política de nuestro país así como un claro desconocimiento de la ciencia política misma, la cual por cierto no se invento ayer, ni tampoco el siglo pasado.

No es lo mismo decir que se “cambio de partido” a “se cambio de proyecto político”, o “se adhirió a la plataforma de otro candidato”, es decir, aunque pueda llegar a molestar a algunos, no son lo mismo las frases, las palabras si importan, porque éstas dan pie precisamente a definir hasta que punto se inmiscuye uno al proyecto al que se está yendo.

Convicción democrática dice la senadora, ésta justificación sólo se puede entenderse en un momento de coyuntura política, es decir, ésta justificación cobra mayor relevancia en momentos como #elecciones2018, y es así porque ésta justificación debe ir respaldada precisamente por ese acontecer de la vida política que el actor cree que ya no responde a las necesidades democráticas del país.

La lectura de éstas transiciones democráticas de curul, no pueden leerse sin conocer mínimamente la doctrina y filosofía de cada partido, en el caso del PAN, éste se conduce en base a una ideología humanista, sus proyectos de política pública los apoya en algo que llaman economía social de mercado y a nivel internacional son un partido de la corriente demócrata cristiana. Mientras tanto MORENA es un partido cuyo objetivo es “construir una sociedad libre, justa, solidaria, democrática y fraterna” pero que en el camino es crítico del modelo neoliberal, si bien MORENA fue el resultado de un movimiento social peculiar, identificado como de izquierda, la realidad es que no se ha discutido lo suficiente y creo que el partido mismo no ha dejado claro que modelo económico propone implementar a futuro, a la experiencia de Andrés Manuel López (siendo del PRD) en la capital del país como su Jefe de Gobierno lo que vimos fue un gobernante apegado a las instituciones y aplicador del modelo económico vigente. En el caso del PRI y el PRD, estos si definen con mayor claridad sus modelos económicos.

Al no encontrar entonces en nuestra partidocracia diferencia sustancial alguna, la realidad es que prácticamente es viable y muy fácilmente justificable que un político “cambie” de un partido a otro, esa radical diferencia que los medios de comunicación nos han querido vender como los partidos de izquierda y los de derecha, inclusive hay quien habla de partido de centro en México, es una broma y al mismo tiempo una vil mentira. En México somos eminentemente conservadores.

Y si todos son iguales, entonces ¿qué marcaría la diferencia?, la diferencia la marcaría por ejemplo el tratamiento que pudieran darle al modelo del desarrollo sustentable, afrontar posiciones más radicales como las del consejo nacional indigenista, y en general una visión de ecología política y economía ecológica si sería un marco diferenciador, mientras tanto los cuatro partidos más grandes de México, son eminentemente lo mismo en su quehacer económico, y lo mismo en su quehacer político.

Por ello, “el brinco” de los políticos de un partido a otro no debiera sorprender, de hecho no me sorprende, hay quién se desgarra las vestiduras porque la senadora pasa tentativamente del azul al guinda, pero ante lo explicado anteriormente, nada debiera sorprender, en éste sentido somos un país mediocre -partidariamente hablando- que no va más allá, que no es propositivo en adoptar otras ideologías realmente diferentes. En España por ejemplo, están los anticapitalistas.

Si es por convicción política, congruencia política, convicción democrática esta bien, y si lo fuera por mera ambición -digamos personal- también estaría bien, sólo que en éste caso, si quedara al descubierto, el costo político sería poco menos que la perdida de la credibilidad.

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