domingo, 21 de octubre de 2018

Al no saber, no se comunica como debe ser


Al no saber, no se comunica como debe ser
Por Erwin Medina Josefa



Imagen ilustrativa
Fuente: Erwin Medina
“La culpa la tiene el gobierno”, ésta es una recurrente frase de todos, alguna vez lo hemos dicho o si es que lo pensamos diariamente. En los problemas de la ciudad ciertamente participamos todos. El municipio es el nivel de gobierno más cercano al ciudadano, el que se tiene el pulso cotidiano de las demandas.

En recientes años se habla de una mayor capacidad de los municipios para planear y ejecutar sus políticas, su presupuesto, en general su gobierno. Es bastante comentado el problema de la gran mayoría de los municipios para hacerse de más recursos, los esfuerzos por recaudar más pasan por no perjudicar, en teoría, a los que menos tienen, nadie quiere apretar demasiado la correa cuando se trata de apoyo electoral.

Las ciudades no son ajenas al cambio climático, a los embates catastróficos de la naturaleza, y en general a procesos de desestabilización derivado de infraestructuras urbanas saturadas o con sobredemanda a lo que fueron diseñadas.

Por ejemplo, en el caso del transporte público es claro que padecemos tiempos prolongados de espera, tiempos prolongados de viaje, horas pico que para nadie resultan en comodidad, agotamiento permanente por un servicio que es rutinario y monótono porque no hay forma de experimentar o de tomar simplemente alternativas de movilidad diferentes y que sean seguras, y un largo etcétera. La ciudad de México es quizás lo más heavy, otras como Pachuca digamos que ofrecen el servicio aún sin mayor conflicto. Si ampliamos el tema de la movilidad y abordamos la problemática que representa el vehículo particular, bueno esto se vuelve más complejo. Las ciudades modernas se construyeron teniendo mucho en cuenta al automóvil.

A todo lo dicho anteriormente, tenemos un problema ambiental latente, por la contaminación, uno social manifestado en la calidad de vida de las personas, y uno económico porque ciudades estresadas son ciudades poco productivas, y más propensas al caos.

Hoy vemos en las capacidades institucionales de los gobiernos locales una ausencia de factores que nos hacen pensar que se pueda hacer frente a problemáticas de la ciudad del siglo XXI. Al frente de las oficinas de los gobiernos deben encontrarse perfiles que respondan con creatividad y conocimiento a los retos, y a las demandas de la ciudadanía, el tema de la movilidad no es un diplomado de una semana, así como el desarrollo urbano no se aprende en un año. Así podemos citar varios temas. Hablando de políticas públicas, al no saber sobre un tema, no se comunica como debe ser. La improvisación pasa factura, los ciudadanos somos quienes padecemos las malas decisiones de los gobiernos.

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* Maestría en Desarrollo Urbano Sustentable, y participante como Embajador de la iniciativa MY World México, Hidalgo 2018

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