sábado, 24 de julio de 2010

The September Issue



The September Issue es un documental, dirigido por el director estadounidense R. J. Cutler, cuya idea fundamental, según la opinión pública, era contrarrestar de alguna manera la mala fama de la editora de modas más importante del mundo, Anna Wintour, fama que obtuvo del filme estadounidense The Devil Wears Prada, y eso que Anna no actúo en dicha película. La idea de una jefa malvada es tan solo el inicio de una magnífica historia, porque las malas de las historias siempre tienen un atractivo especial, y tan fue así, que el éxito rotundo que obtuvo la mencionada película no es cuestionable, así como la memorable interpretación de Meryl Streep del personaje de Miranda Priestly.

Anna Wintour sin duda es la editora de moda más importante del orbe, no solo por su arduo trabajo al frente de la revista -biblia de la moda- Vogue, sino por lo años que lleva al frente de la misma, y es así sin duda por las innumerables amistades de las que ha logrado congraciarse temporada con temporada, y sólo por citar al sector de los diseñadores, es amiga de varios de ellos, digamos que sólo de los más importantes, y de los que cree que pueden tener un futuro prometedor en un mundo tan difícil y competido, como lo es el mundo del diseño de alto nivel y escala, beneficiando a aquellos afortunados como el joven Takhoon Panichgul.

Anna Wintour es conocida por su personalidad inaccesible, de carácter firme y voluntarioso, es en sí misma, una personalidad. Al comenzar el documental, ella hace referencia a factores relacionados a la moda, sobre la importancia de la misma, y de la que por cierto, mucha gente cree que no merece mayor observancia, sin embargo el mundo de la moda, no es sólo glamour, sino mucho trabajo. Anna Wintour, además de ser madre de una hija, Bee Shaffer, es una ejecutiva de alto nivel, no sólo porque dirige la revista de moda más importante del mundo, con presencia en todo el mundo, sino porque además, su trabajo es demandante como el de cualquier CEO del Wall Street.

Las primeras escenas muestran la importancia que le dan lo medios de comunicación especializados a la persona de Anna Wintour, siempre ella en primera fila (front row), no sola por supuesto, siempre acompañada de todo un séquito de colaboradores, sólo sus más cercanos. Viajando a las principales ciudades donde se produce la moda, París-Francia, y Milán-Italia, incluyendo obviamente New York-USA, donde se encuentran las oficinas principales de Conde Nast, la casa editorial de la revista Vogue, compañía procedente de Inglaterra, de donde por cierto es Anna Wintour, así como Grace Coddington , la Directora Creativa de la revista, y una de las colaboradoras más importantes de Anna, y la única que le hace frente y se atreve a cuestionar las decisiones de la todopoderosa Wintour, uno pensaría en una enemistad entre ellas al observar el documental, pero la verdad es que al final del mismo, la propia Anna declara que Grace es sin duda una de las mentes más prolíferas y brillantes del quehacer creativo, no sólo porque Grace es en sí la encargada creativa, sino que es una brillante colaboradora de fotógrafos de renombre como Patrick Demarchelier, sólo por citar a uno.

Al momento de la filmación del documental, sus más cercanos eran; Candy Pratts, nombrada por Wintour como la "reyna del internet", porque es directora de style.com, André Leon Talley (Editor at Large), Hamish Bowles (Editor at Large), Thomas Florio (Vogue Publiser) y Virginia Smith (Fashion Market/Accessories Editor), entre otros.

Su amistad con los diseñadores, le permite a Anna llegar más allá de lo que cualquier editor de modas desearía, tras bambalinas, a Anna le adelantan las prendas que serán exhibidas sólo hasta el día de la pasarela, eso se puede observar cuando visita a Karl Lagerfeld de la casa Chanel, a Oscar de la Renta y Jean Paul Gaultier, de las marcas respectivas homónimas, lo mismo con Stefano Pilati de Yves Saint Laurent, cuando lo visita personalmente en sus estudios y donde de alguna manera le recrimina el hecho de que no haya más color en la paleta de colores de la próxima colección, a lo que el diseñador se limita a responder que "no es algo que él sentía al momento de diseñar".

Anualmente, Anna Wintour y todo su equipo de primera línea, se reúnen con importantes personalidades como directivos y dueños de almacenes, para analizar los diversos aspectos relacionados con las prendas que se estarían comercializando de manera masiva, no solo en los colores, sino en los precios, eso es sólo una muestra de la importancia que Anna tiene en el mundo de la moda cuando uno de los directivos le dice a Anna que debería de aprovecharse de la influencia que tiene en los diseñadores para adoptar ciertas medidas.

Múltiples juntas, múltiples revisiones y múltiples conflictos relacionados con color, tectura, confección, líneas, formas, combinación, etc., es con lo que Anna tiene que lidiar todos los días, no sólo en las prendas mismas, sino en fotografía, es una experta al momento de revisar casi de una manera quirúrgica cada una de las fotografías, y donde no escatima ni duda es rechazar las fotografías que considere que no van o no sean acordes, liquidando así, los miles de dólares que costo realizarlas.

Continuamente Anna Wintour tiene que viajar a las ciudades de la moda europeas, Francia y Milán, y cuando lo hace aprovecha hasta el último momento para visitar a sus amigos diseñadores y por supuesto estar en primera fila de las pasarelas que dependiendo de las fechas, pueden ser pret-á-porter (o como los americanos le llaman ready to wear RTW) o Haute Couture (Alta Costura).

Costosas son las fotografías y las locaciones, las sesiones y demás de Vogue, para algunas otras revistas sería todo un derroche de recursos, pero no para Anna Wintour, un derroche no sólo por los fotógrafos contratados, sino por todo el equipo de asistentes, maquillistas, escenógrafos y en general todo el equipo de staff que tiene que se transportado en éstos casos. Tal fue el caso para la portada de la revista Vogue de Septiembre de 2007, se llevó a la actriz estadounidense Sienna Miller para ser fotografiada en maravillosas locaciones de Roma, Italia, por el renombrado fotógrafo peruano Mario Testino, el cual por cierto es enfrentado vía telefónica por Anna cuando ésta entra en desesperación al ver que las fotografías tomadas de Sienna para la portada, ninguna de ellas funciona por detalles del cuello, del diente de Sienna, entre otras minucias e imperfecciones detectadas por el ojo clínico de Anna. Por cierto ésta edición de la revista fue un éxito y rompió el propio record de Vogue, por la tal cantidad de páginas impresas, 840 páginas.

Finalmente vemos a una Anna Wintour al pendiente de "su" revista, Vogue, porque efectivamente como en la película de The Devil Wears Prada, Anna revisa diariamente un libro en donde al parecer se concentra todo el contenido literario, fotográfico, etc., de la edición de la revista, como dirían, "está al pendiente de todo", y es su trabajo, pero se ve que lo disfruta, por eso se puede decir que es una mujer apasionada y totalmente entregada a su trabajo. Vemos a Anna con sus típicas gafas oscuras que le cubren el rostro para que, según en declaraciones de ella misma, no puedan ver lo que esta pensando al momento del paso de las modelos en las pasarelas. También vemos a una Anna exigente con respecto a temas como el peso de las modelos y la forma en que éstas son fotografiadas, no duda en decir "esta gorda" o "debería hacer ejercicio", por esto último ha sido severamente criticada, incluso hoy en día, sin embargo es bien sabido que prefiere a las modelos delgadas para sus portadas.

Al final del documental, Anna expone ante los administrativos de Conce Nast el contenido de la revista, antes de ser enviada a imprenta. Finalmente ésta se imprime, se comercializa, circula y se comienza a vender, y el ciclo se vuelve a repetir, el documental termina con la revisión de las prendas a utilizar para la edición de la revista de Vogue de octubre de 2007.

No cabe duda que el trabajo realizado en una revista de alto nivel como en Vogue es de aclamarse, es interesante haber entrado a las entrañas de una de las revistas más consultadas. No se que tan bien o mal le haya hecho a la imagen de Anna la exhibición del documental, yo más bien creo que refuerza y por mucho, la idea de que Anna Wintour es un personaje duro, pero así tal cual es respetado, como diría Thomas Florio, "no tendría porque ser amable, simplemente hace su trabajo". Personalmente creo que es una mujer brillante, líder y que no vacila en tomar decisiones, y lo mejor de todo, es que le gusta ser protagonista de su propia historia como editora de Vogue , le gusta sentirse el personaje de la influyente y sería mujer de la moda, simplemente es ella tal cual, de carácter fuerte, y sinceramente Vogue no sería lo mismo sin ella, entre más años pasen, crea más leyenda, cuando se retire será todo un suceso, espero falte mucho para ello.

Erwin Lennox